miércoles, 25 de mayo de 2011

Ensayo 3º

En el presente trabajo, se indagará acerca de las funciones de los obispos dentro de la Iglesia, enfocándome en la de predicación del Evangelio y en su gobierno sobre los fieles. Para esto tomaré algunos documentos emergidos del Vaticano que contienen dicha información. Luego se hará un paralelismo entre dos funciones y los roles de profeta y sacerdote. Posteriormente se delineará el doble servicio que hacen: hacia su grey y hacia la Iglesia institucional. Por último, se escribirán algunas líneas en torno a su influencia sobre los fieles y sobre los religiosos.
Función de los obispos: gobernar y anunciar el evangelio: Corría el año de 1988 cuando en la Iglesia salió a la luz la constitución apostólica Pastor Bonus en la cual se menciona la función primordial que tiene el obispo dentro del Pueblo de Dios:
El Buen Pastor, el Señor Jesucristo (cfr. Jn 10, 11. 14), confió a los Obispos, sucesores de los Apóstoles […], la misión de hacer discípulos en todas las gentes y de predicar el Evangelio a toda criatura de tal modo que quedara constituida la Iglesia, Pueblo de Dios, de forma que la función de los Pastores de su Pueblo sea en realidad un servicio .
Años más tarde, en el 2001, a partir del Sínodo de la Obispos surgió el documento llamado Instrumentum Laboris en el cual se confirmaron las palabras de Pastor Bonus:
El Señor Jesús, al final de su permanencia entre nosotros, ha enviado a los apóstoles como sus testigos y mensajeros hasta los confines de la tierra y hasta el fin de los tiempos […]. Los obispos, en comunión con el Papa, están llamados hoy, a cumplir esta misión .
Pareciera, a partir de los dos documentos, que la función de los obispos consiste en la predicación del Evangelio. Sin embargo el documento Instrumentum Laboris despliega otras funciones más de los obispos:
[…] cada obispo, legítimamente consagrado en la Iglesia católica, participa de la plenitud del sacramento del orden. Como ministro del Señor y sucesor de los apóstoles, con la gracia del Paráclito, debe obrar para que toda la Iglesia crezca como familia del Padre, cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, en la triple función que está llamado a desarrollar, o sea la de enseñar, la de santificar y la de gobernar .
Por lo tanto, el anuncio del evangelio y el gobierno constituyen dos de las funciones más importantes en el servicio episcopal. Éstas podríamos identificarlas a dos términos: profeta y sacerdote.
Obispo: ¿profeta?, ¿sacerdote?: Según Max Weber, el profeta es aquel portador de un carisma cuya misión anuncia una doctrina religiosa o un mandato divino .
Aquí no se hace referencia a que el profeta sea predicador de una doctrina antigua o de una propuesta novedosa; cualquiera de las dos opciones puede aplicársele sin embargo no constituyen lo decisivo de su función. Lo importante de su cometido es la vocación personal que experimenta. El profeta se siente llamado individualmente y poseedor de un don personal. Su misión consistirá en anunciar revelaciones fundamentadas en doctrina y mandamientos predominantemente con fines religiosos. Se considera un instrumento manifiesto de un ser divino, de aquí que anuncie lo que estima voluntad de dios, comenzando por practicarla él mismo. No anuncia buscando primordialmente una recompensa, sino que su anuncio es gratuito; ello constituye un elemento importante que lo distingue del sacerdote.
Consideremos profeta, por tanto, a aquel obispo que ha descubierto el llamado personal de anunciar la palabra de Dios. El obispo-profeta es aquel que se siente con la responsabilidad de predicar la voluntad divina a toda su grey; no le importan las consecuencias mientras que éste cumpliendo su misión. Su vida manifiesta gráficamente el cumplimiento del discurso que afanosamente proclama a los demás.
Por el contrario se llama “sacerdotes” a los funcionarios de una “empresa” permanente, organizada según reglas […] están al servicio activo de una asociación .
Los sacerdotes poseen un entendimiento particular y una creencia firmemente establecida. Se les ha certificado profesionalmente para ejercer su ministerio por medio de una disciplina racional y se les ha comunicado un sistema intelectual religioso-lógico. A los sacerdotes se les enseña una sabiduría ética religiosa definida, sistematizada, y a su vez, se les infunde una doctrina rígida la cual se atribuye el título de revelación. En base a todo lo anterior, el sacerdote reclama autoridad por estar al servicio de una tradición santa .
Retomando ello en función a los obispos, podemos constatar que el obispo-sacerdote es aquel que se siente legitimado por una institución a la cual sirve con afán. Su predicación está en función a una doctrina recibida durante el tiempo de su preparación, la cual ejerce tal cual sobre sus fieles; se cree poseedor de los bienes de salvación, los cuales distribuye por medio de su organización socializada de salvación. El obispo-sacerdote gobierna a sus fieles apoyándose firmemente en la institución que le ha encomendado su rol.
Los obispos: servidores de los fieles y de la institución: El concepto de gobernantes aplicado a los obispos no es nuevo en la Iglesia. Desde el Concilio Vaticano II, en el documento de Lumen Gentium ya se exhortaba a los obispos a esta función:
Los Obispos rigen como vicarios y legados de Cristo de las Iglesias particulares que se les han encomendado, con sus consejos, con sus exhortaciones, con sus ejemplos, pero también con su autoridad y con su potestad sagrada, que ejercitan únicamente para edificar su grey en la verdad y la santidad .
Sin embargo, no hay que olvidar que dicho poder lo realizan vinculados a una organización superior: la Iglesia. Sus funciones se realizan mirando hacia ambos lados: a los fieles y a la Iglesia institucional.
El obispo se ubica frente al mundo con una mirada contemplativa, ante la realidad de nuestro mundo, en lo concreto del propio ministerio y en comunión con la Iglesia universal y particular, a cuyo cuidado él está destinado .
Influencia de los obispos: Los obispos en México gozan de gran influencia sobre la gente debido a la división territorial que tiene la Iglesia en nuestro país:
La Iglesia mexicana está estructurada con base en dos órdenes: un nivel territorial que agrupa especialmente parroquias y diócesis que segmentan todo el país, de tal modo que no hay territorio que esté fuera de la influencia católica; un segundo nivel que organiza la autoridad eclesiástica en un sistema jerárquico .
Vista desde un ámbito espacial, la Iglesia se divide en parroquias y diócesis. Estas últimas representan una unidad de poder desde el cual los obispos emanan su influencia con consecuencias para la Iglesia católica y con impacto también para las instituciones con que se relacionan. Por lo que respecta a la organización institucional, la Iglesia mexicana se organiza en torno a la Conferencia del Episcopado Mexicano, también conocida como CEM.
Con respecto a las órdenes y congregaciones religiosas, sobre éstas también recae el impacto de las decisiones de los obispos. Históricamente, la vida religiosa representa un baluarte para la Iglesia mexicana, pues su influencia ha sido clave para el desarrollo de la religión católica desde sus orígenes. En últimas décadas se organizaron mediante un organismo llamado Conferencia de Institutos Religiosos de México. En dicha organización tienen una clara influencia de los jesuitas, los cuales poseen una formación orientada a la Teología de la Liberación. Debido a lo anterior, la CEM ha intervenido en repetidas ocasiones sobre ella.
Por otra parte, las órdenes y congregaciones religiosas están sujetas al mando de los obispos de las diócesis en que se encuentran establecidas. Dicha situación origina que las relaciones no sean del todo buenas con algunos episcopados, pues la postura profética de la vida religiosa llega a molestar a ciertos obispos.
La diócesis representa una debilidad y fortaleza para la misma Iglesia ya que permite, por un lado el manejo descentralizado del poder pero por otro tiende a ser conservadora. Por la amplitud del territorio mexicano es posible observar una diversidad de puntos de vista entre las diferentes diócesis, evidentemente se deriva de las orientaciones pastorales de cada uno de los obispos .
Conclusiones
Los obispos, debido a su nombramiento oficial, están llamados a anunciar el evangelio y a gobernar los espacios territoriales que se les han asignado directamente desde Roma. Sus funciones de anunciar el evangelio y gobernar una diócesis pueden ser equiparables a los roles de profeta y sacerdote.
Se considera profeta a aquel obispo que ha descubierto el llamado personal de anunciar la palabra de Dios, que se siente con la responsabilidad de predicar la voluntad divina. Por el contrario, el sacerdote es aquel que reclama autoridad por estar al servicio de una tradición santa, aquel que se siente legitimado por una institución a la cual sirve con afán.
La influencia de los obispos es decisiva dentro de su grey, teniendo manejo sobre los fieles practicantes, los sacerdotes y religiosos ubicados en sus diócesis. Por ello es importante investigar la religiosidad a la que apelan. Las religiosidades existentes las podemos clasificar en cuatro: tradicionalista, neoconservadora, modernizante y liberacionista. Es posible encontrar los diferentes tipos de religiosidades dentro de los obispos ubicados en México.
Una forma de congregarse los obispos, a pesar de sus diferencias, y con ello presentarse como un fuerte sólido es a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Este organismo les da presencia representativa frente al gobierno y los medios de comunicación
Durante los meses de febrero y abril del presente año los obispos estuvieron haciendo declaraciones principalmente de denuncia ante la violencia que se registra en nuestro país. Los roles variaron entre ellos pues es posible ubicar profetas ante la realidad o sacerdotes defensores de la institución a la que pertenecen. Con respecto a la religiosidad fue posible descubrir que se mueven también en la diversidad pues las posiciones tradicionalistas, neoconservadora y modernizante estuvieron presentes en sus declaraciones. Es importante resaltar que ninguna de las declaraciones hechas durante de los meses marcados para este trabajo contenga una línea de religiosidad liberacionista.
Por último, entre los aspectos adicionales importantes están: el dominio e influencia de los obispos sobre los fieles ha disminuido debido al fenómeno de desinstitucionalización; los obispos se reconocen como una fuerza influyente en nuestro país y aprovechan su cargo para dialogar con los medios; las declaraciones hechas a la prensa presentan diferentes destinos, ya sea desde defender a sus fieles, tratar de influenciar sobre ellos, presentarse como una fuerza de poder dentro del país o proteger a la institución a la cual está ligados.

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