miércoles, 25 de mayo de 2011

6º Reporte: Marxismo y religión: Antonio Gramsci.


Algunos antropólogos han resaltado la necesaria unicidad que poseen todas las religiones. En especial, se reconoce la unidad y la fuerte cohesión disciplinaria como características de la Iglesia católica. Sin embargo, la misma complejidad de dicha institución le permite aceptar en su seno diversidad de vivencias de la misma fe compartida. Desde los tiempos de Constantino --cuando el cristianismo devino religión de Estado--, surgieron los "eremitas", cristianos conscientes quienes con grupos de discípulos, se separaron de las masas y huyeron al desierto para vivir comunitariamente su fe con todas sus consecuencias. Desde entonces ha continuado esta tendencia, de modo que junto al cristianismo ambiental mayoritario, portador de la "gran tradición", se da reiteradamente la separación de algunos grupos de selectos.

La diversidad de catolicismos es un hecho incontrastable; aunque a la jerarquía no le agrade hablar de pluralismo a su interior y no cese de proclamar la unidad interna. Sin embargo, reconoce, al menos, la realidad de una "piedad" o "religiosidad popular", no coincidente en todo con el cristianismo oficial. De modo que a su pesar, los mismos obispos fueron clasificados por sus respectivas "tendencias eclesiástico-políticas", o por sus "visiones religiosas" reflejadas en sus discursos.

Para Antonio Gramsci, la religión no sería un conjunto ideológico homogéneo, sino que estaría dividida en sub-religiones en el seno de la misma Iglesia:
Cualquier religión (y especialmente la católica, precisamente por sus esfuerzos por seguir siendo unitaria "superficialmente", para no estallar en iglesias nacionales y en estratificaciones sociales), es en realidad una multiplicidad de religiones distintas y a menudo contradictorias: hay un catolicismo de campesinos, un catolicismo de pequeños burgueses y de obreros de las ciudades, un catolicismo de mujeres y un catolicismo de intelectuales, a su vez...
Su actitud ante la religión católica era bastante distinta del radicalismo que hoy se muestra más en boga.
Respecto a esta lectura. Y al mismo tiempo leer la interpretación que da Gramsci al marxismo, desde una perspectiva religiosa vivida dentro del siglo XX, me hace pensar sobre el cómo se ha llevado la religión durante este siglo para que la interpretación que ofrece el autor refleje de una manera atinada en ciertos aspectos la situación del catolicismo hoy.

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