lunes, 21 de marzo de 2011

Reporte de Lectura 4: Sociología de la Religión, de Max Weber.

I. Contribuciones de la Sociología de las Religiones Mundiales.
El análisis que hace Weber referente a las religiones mundiales, con cada uno de sus diferentes aportes, refleja de una forma muy nueva para mí la perspectiva que tiene la religión en el mundo. Y no por ello deja de ser fascinante, pues la manera en que la religión, con todos aquellos movimientos inherentes a ella, mueven al planeta, reflejan la forma en que los hombre, a su vez, nos movemos.
En ese sentido, el tener en cuenta la ética económica que se mueve dentro de la religión, en conjunto con la ética que conlleva, permite ver que las relaciones que se dan dentro de la religión son más diversas y dinámicas de lo esperado, debido a que, entonces, las necesidades religiosas cambian, así como la visión que se tiene de la moral; trayendo consigo que la necesidad de felicidad sea mediado y medida por un proceso de búsqueda de santidad que cambia dependiendo de los diferentes estratos sociales a los que se pertenezca, además de ser diferente dependiendo de la religión y estilo de creencia que se tenga. Por ello, la forma de comportarse cambia, originando múltiples maneras de alcanzar los valores requeridos para la salvación, aunque desde el punto de vista de Weber, siempre pragmático, que tiene en sí un sentido de gracia permanente. Todo ello, con ojos que permitan ver dentro de las luchas de poder que se dan al interior de toda religión como institución, en la que la coerción de sus miembros (aunque se ha tratado siempre de que sea racional) es clara y determinante en la forma en que se alcanzan los bienes de salvación para toda la comunidad. Por eso, el carisma es necesario discernirlo bien para comprender los motivos que se tienen antes de ingresar a la jerarquía eclesial, con objeto de evitar convertir a la religión en mera institución que no tenga los alcances necesarios en los bienes de salvación.
II. Protestantismo y Capitalismo.
Los casos que presenta el autor referentes a las sectas en Estados Unidos, con todos sus problemas, me parece que son una especie de imagen de lo que sucede cuando una religión pierde su foco en los bienes de salvación, debido a que parecería que lo importante para ellos implica cuánto tengo, y no cuánto creo. Cierto es que todo lo material que se logra por vía de la comunidad es muy bueno y loable para el desarrollo de la misma; sin embargo, el poner el ojo solamente en la prosperidad material, sin tomar en cuenta los motivos internos de la persona al decidir entrar voluntariamente a una secta, implica tomar el riesgo de falta de compromiso, fe, responsabilidad, por parte del candidato, ya que parecería que se juega con lo que el hombre sólo es administrador para beneficio meramente personal. Por otro lado, el hecho de que la gracia sea un don que se reconoce solamente como un ejercicio del exterior de la persona, por otros en concreto, sin tener en cuenta la conciencia del individuo (o fuero interno), indica lo pobre que puede ser conocida la persona, pues somos más que exterioridad como humanos. Sin embargo, es necesario resaltar la condición que tienen sus miembros para llevar al extremo sus prácticas de disciplina, con lo que se logra un compromiso (ya dentro de la comunidad) más fuerte del que se tenía fuera.

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