miércoles, 16 de marzo de 2011

Primer ensayo

Marx y su crítica a la religión.

En el presente ensayo quiero abordar la postura de Marx, respecto a la posición materialista de este autor alemán, teniendo su principal enfoque en la religión. Por lo mismo, quiero simplemente exponer el tema de cómo se fue dando dicho materialismo, para instalarlo en el seno de una crítica a la filosofía especulativa, “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”[1] que hasta nuestros días no puede pasar desapercibida. De este modo, la religión toma un papel preponderante, que brota al seno de dicha crítica, en ese afán de transformar la realidad, desde la reflexión de lo concreto.

Karl Marx hace un replanteamiento de la toma de conciencia, a fin de hacer una transformación del mundo, por lo que en una primera parte ataca la filosofía y aquellos pensamientos que tienen como fin meramente la contemplación, develando los caracteres ocultos que hay detrás de dichos estudios, principalmente en le rango socioeconómico.

Su concepción del mundo, lleva a concebirlo de manera maleable, en un constante devenir, que recae en una irreparable transformación de éste, por lo que sus principales instituciones sociales, quedan claramente desenmascaradas, puesto que quedan al descubierto sus intentos de estáticidad, que lleva a una fundamentación de su poder. Cabe recordar, que su filosofía se acienta al interior de una crítica rotunda al sistema hegeliano, que entre sus partes, da una preponderancia a la justificación de instituciones como el Estado o la Religión, desde una posición metafísica.

Marx, en consecuencia a las críticas antes expuestas por Ludwing Feurbach, en su famoso libro “la esencia del cristianismo”[2] , hace una ampliación llevando su pensamiento hasta sus máximas consecuencias, desde un pensamiento nuevo y original, que atrpopeya por completo las maneras de sustentar la vida social hasta antes de él.

Así primeramente, se instala en un pensamiento de lo concreto, inmanente, en contraposición de un pensamiento trascendente; por lo que hace severas críticas a las posiciones que intentan fundamentar sus sistemas económicos en la óptica de la trascendencia. De esta manera ataca de lleno la conciencia, tan exaltada en la modernidad, apelando al ser existente, ser en relación con su realidad para transformarla, perfilando su crítica a la religión primeramente, no es la conciencia la que determina la existencia; sino la existencia la que determina la conciencia.

Con esto, el concepto de praxis[3] adquirirá una relevancia radical en el pensamiento, y será el punto de partida para su crítica airada contra la religión. Ya que la realidad y el pensamiento que surja de ella, tendrá que dar cuenta de lo práctico antes que lo abstracto.

Es por esto, que toda la apología de la práctica que hace Marx, cobra relevancia al percatarse de las desatenciones sociales que existían en cuestiones de religión que van ligadas a otros intereses, principalmente económicos, por lo que advierte claramente, que esto debe de cambiar, por lo que es indispensable una modificación de las circunstancias, y de las prácticas humanas, mediante una práctica revolucionaria; es decir, con una lucha de clases, en las que se quede plasmado una praxis inmanentista, a una esperanza trascendente, “la base terrenal se separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino independiente, sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base terrenal consigo mismo”[4].

Por lo mismo, ve que el sentimiento religiosos es un producto social, es un conjunto de relaciones sociales, en las que hay detrás intereses de las clases burguesas y opresoras, que en ven en una esperanza trascendente, la justificación perfecta para la explotación y el lucro de los bienes producidos. Así desde su materialismo práctico, ve una contemplación de la sociedad civil, desde sus individuos y relaciones.

De este modo, Marx ahonda en el problema que anteriormente Feurbach había propuesto anteriormente, en el sentido de que el hombre crea la religión, “El hombre creó a Dios a sus imagen y semejanza, y no al revés”[5], pero lleva hasta sus últimas consecuencias, esta parte, puesto que ve clara la alienación de parte de la sociedad de clases, que necesitan de dicho Dios, para poder prohibir la realización y el desarrollo de la sociedad, en un nivel parejo para todos.

Pero deja en claro, que no tiene como objetivo ridiculizar o desacreditar el fenómeno religioso, “para él la religión no es una invención de sacerdotes mentirosos, sino la obra de una humanidad sufriente y oprimida, obligada a buscar un consuelo en el universo imaginario de la fe”[6]. Por tanto, hay que transformar las situaciones, que obligan a las personas a basarse en una fe ciega, para que no tenga que depender de este fenómeno para encontrar un verdadero consuelo, es por esto que la praxis toma un relieve importante, de cara a las políticas injustas.

Es por esto, que la crítica de Marx, más que una crítica incruenta a la fe o al sistema religioso, hace una crítica al sistema injusto que el filosofo ve en su época, que mediante la fe se absolutiza y se justifica, con el fin de instalarse desde una clase burguesa, que no necesita el cambio y utiliza la imagen religiosa para dicho fin.

Concluyo así, que la imagen marxista, es una crítica que más que hacernos desgarrar las vestiduras y condenarla, nos debe de llevar a replantear la religión, desde sus principios verdaderamente evangélicos, que se inclinan a los más desprotegidos, pero no a modo de alienación, sino en una verdadera transformación que lleva a superarse así mismo, y a mejorar las condiciones de vida; por lo que no me parece nada raro que la teología de la liberación, tenga como base un pensamiento de corte marxista, ya que es un camino de dignidad y humanidad, en el sentido de la continúa búsqueda de igualdad y no conformarnos con lo establecido, que lleve a deshumanizar. No se trata de hacer guerrillas e ir contra el sistema sin más nomás, sino de asumir una postura en la que verdaderamente se promuevan todas las clases, con el establecimiento de parámetros para fomentar la dignidad, y de este modo estar atentos a no enajenar a las personas, o ser instrumentos de clases opresoras.

[1]MARX, Kart; Tesis sobre Feurbach, http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm; [en línea] , [15 /03/11].

[2]FEUERBACH, Ludwing, “La esencia del cristianismo” Ed. Trotta Madrid 2009 pp. 400. Donde expone un abierto sensualismo y un humanismo ateo, haciendo fuertes críticas a la religión cristiana, haciendo alarde de que el ser humano se prefigura desde la esencia de lo que es o lo que debería ser, y se las atribuye a un “Dios” impersonal.

[3]Dicho concepto, posteriormente será utilizado, para hacer una reformulación de la religión y el cristianismo en América Latina, con la llamada Filosofía y Teología de la liberación.

[4]MARX, Kart; Tesis sobre Feurbach, http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm; [en línea] , [15 /03/11].

[5]FEUERBACH, Ludwing, “La esencia del cristianismo” Ed. Trotta Madrid 2009

[6]REALE, Giovanni;ANTISTERI, Dario, "Historia del pensamiento filosófico y científico" Tomo III Herder, Barcelona 1988

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