jueves, 17 de marzo de 2011

Ensayo sobre Max Weber

Primer ensayo
MAX WEBER
“Religión como hecho social”

El propósito inicial del presente ensayo es sustentar la idea de que, en lo fundamental, la obra de Max Weber se orienta a definir las bases para la constitución del discurso sociológico, enfatizando el carácter religioso que nos compete. En segundo lugar, interesa mostrar cómo los enunciados que pertenecen a tal discurso tienen un carácter interpretativo, que nos lleve a preguntarnos por el sentido de los fenómenos religiosos de los cuales la sociología se hace cargo. Finalmente, se busca dar cuenta sobre cómo el discurso sociológico weberiano, tiene como referente a la religión que se postula como un hecho social.

Constitución del discurso sociológico
Los sociólogos de la religión han señalado, siguiendo a Weber, que no es problema de esta disciplina el resolver la pregunta de si en verdad puede haber una relación directa e individual o colectiva y mediada por las instituciones entre los hombres y lo divino.

“…el problema consiste en analizar las manifestaciones de la religión en al menos dos ámbitos: 1) de qué manera los hombres intentan la comunicación con lo divino e instituyen rituales y otras manifestaciones de sus devociones y 2) de qué manera las relaciones entre los hombres se ven influidas por sus concepciones religiosas.” [1]

En buena parte de esos análisis la sociología de la religión se ve en la necesidad de entender el comportamiento y las interpretaciones que los actores sociales hacen de su actuar
La lectura de Weber como iniciador de una tradición sociológica tiene que ver con el rechazo que se evidencia en su obra a asumir una única perspectiva analítica. Esto sitúa a Weber en contraposición, con dos de los pensadores sociológicos —Karl Marx y Emile Durkheim—, en quienes se cuestionaría la postulación de sistemas, en los cuales todo hecho social puede ser medible, y por lo tanto, insuficientes para agotar la realidad social.

Durkheim pretendió elaborar una teoría sociológica apelando a un método que por sus características y exigencias formales, desterrara los juicios de valor. Durkheim se basara en una ciencia de la sociedad capaz de medir y cuantificar, encontrando porcentajes y tendencias que lleven a generar reglas o leyes de carácter colectivo de la religión. Los hechos sociales en la religión se manifiestan por medio de las normas que esta contenga.

Marx, por su parte, basa su pensamiento en un materialismo histórico. En su propuesta hay un sustrato evolucionista, que se sustenta en una idea de la civilización como progreso, como sucesión de etapas; por otra parte, hay una toma explícita de posición en favor de un cierto tipo de desarrollo. La religión viene a ser una ideología que obstruye en el desarrollo del hombre. Recordando al frase de Marx refiriéndose a la religión como el opio del pueblo.

Ahora bien, sí la aplicación de un método particular no ocupa lugar central como garantía para alcanzar un conocimiento objetivo de los hechos sociales, como quería Durkheim, y si hay múltiples posibilidades de abordaje de esos hechos como el marxismo que para Weber no distinguía entre lo “estrictamente económico”, lo “económicamente determinado” y lo “económicamente relevante.

Siguiendo con el discurso, Weber se contrapondrá con estas posturas en sus modos de comprender a la religión como hecho social, diciéndonos que lo importantes es situarnos en el sentido de los fenómenos, haciendo un ejercicio interpretación. Consecuentemente, Weber llega a señalar que puede haber tantas ciencias como específicos puntos de vista existan en el examen de un problema, y que nada autoriza a creer que hemos agotado todos los enfoques posibles [2]

Sociología e interpretación

Si la sociología es un discurso, y si su objeto se construye por la vía de una selección que privilegia un punto de vista particular del investigador social, sus temas y sus elaboraciones no son otra cosa que la expresión de una mirada particular, de una perspectiva. La sociología es el estudio de las lógicas internas de la sociedad.
Las “lecturas” de la sociedad no proceden por vía de construcciones que la describen sino por atribución (derivada de un interés particular) de significaciones, esto es, por vía de interpretaciones sobre los fenómenos a través de los cuales se expresa la sociedad como tal.
La “exigencia interpretativa” de la sociología impone que se opere con categorías o construcciones conceptuales, de las que los “tipos ideales” son un modelo en la metodología de Weber. [3]

La interpretación es condición para la postulación de ciertos y determinados rasgos como característicos de hechos, dentro del dominio de las ciencias de la cultura y está, por tanto, al servicio de la formación de conceptos válidos en ellas. Desde este punto de vista, es también uno de los presupuestos de sus discursos.
En Weber se presenta el método fenomenológico en donde la unidad de análisis es el individuo como ser que le compete la interpretación de la religión. Weber tiene una postura abierta, no quiere como lo mencionamos antes, generar un conjunto de normas regidoras de la sociedad en el ámbito de la religión. Por eso, insiste en la necesidad de entender el papel de lo religioso en la historia de las diversas civilizaciones, en especial las clásicas, y emprende un amplio análisis de las manifestaciones y rituales y su relación con el ethos de los diversos pueblos. [4]

Religión como hecho social

Comenzaremos este tercer apartado hablando sobre la ética económica que resalta Weber para trasladarnos al sentido de las acciones religiosas.

“(…) Ética económica de una religión. Esta expresión no alude a las teorías éticas infalibles a partir de los tratados teológicos, ya que éstos, a pesar de su importancia en ciertas circunstancias, no pasan de ser meros instrumentos de conocimiento. La expresión "ética económica" alude a las tendencias prácticas a la acción que se basan en el nivel psicológico y pragmático de las religiones.” [5]

El propósito de Weber es mostrar el sentido de estas tendencias prácticas de las religiones, las cuales están regidas por tres tipos de ideales, desde los cuales se explica el modo de actuar de los individuos pertenecientes a una religión. Los tres ideales postulados para el actuar son: 1) actuar de acuerdo a la TRADICIÓN, 2) actuar según el LIDER, la razón se vincula al carisma y 3) el actuar BUROCRÁTICO RACIONAL, que son las normas racionales.


En tal postura de Weber, asumimos el carácter de la sociología de la religión, rescatamos el papel tan trascendente del modo de actuar del líder que provoca un movimiento al criticar las normas y tradiciones. Sin embargo, el líder se hace presente en la sociedad por medio de dos medios: el profeta y el sacerdote. El primero refiere directamente a la imagen de Jesús como principio legitimador, y al segundo, que es el sacerdote, en la cual su tarea es interpretar y seguir las normas de lo burocrático. El profeta, por tanto, es el encargado de producir este cambio en las estructuras de la religión.

Sin embargo, en la actualidad, el sacerdote es el encargado de seguir las tradiciones y unirse al proceso de la burocracia lo cual llevara a los fenómenos religiosos a un proceso de rutina que se convierta, después, en un proceso de institucionalización de los actos religiosos.

Concluimos que la religión es un hecho social, en el cual, por medio de la perspectiva de Weber cada individuo interviene en los fenómenos religiosos, regidos por las tres ideales de actuación que lo llevaran a construir una sociedad dependiente del actuar en la postura de Weber.

Bibliografía:

[1]MORÁN, Quiroz, Luis Rodolfo. Universidad de Guadalajara, en respuesta a las preguntas elaboradas por LC María Velázquez, El observador de la Actualidad, Querétaro, México
[2]Sociología de la religión, Max Weber, http://www.antroposmoderno.com (en línea)
[3]FREUND, Julien. Sociología de Max Weber, Ediciones 62, Barcelona, 1967, pág. 40.
[4]MORÁN, Quiroz, Luis Rodolfo. Universidad de Guadalajara, en respuesta a las preguntas
[5]WEBER, Max. Sociología de la religión. México,p.7

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