sábado, 12 de febrero de 2011

Reporte de Lectura 7: Evoluciones en la relación entre devociones populares e institución.

¿De qué forma se vuelve una devoción “popular”? ¿En qué momento pasa a ser parte de la institución llamada Iglesia? Es curioso que éstas sean preguntas evadidas cuando surgen devociones que pueden ser tomadas en cuenta o limitadas plenamente en el uso desde la perspectiva institucional; ya que, a pesar de que cada devoción popular es única y tiene diversos matices que fortalecen la creencia o modifican las relaciones existentes entre los miembros de una determinada sociedad, son en las devociones populares donde, sobre todo, es posible ver las dinámicas que juega la institución con el pueblo que la defiende. Y esto lo digo, porque pareciera que desde la perspectiva de la sociología de la religión, la institución es una empresa que se encarga exclusivamente de administrar, a conveniencia, los bienes de salvación, convirtiéndose entonces en una empresa de lucro más que en una asociación de miembros (todos los bautizados formamos parte de la Iglesia, sólo como nota) que busca en conjunto la salvación de todos.
Ahí donde la legitimación alcanza su mayor punto de apoyo pareciera ser, desde la sociología, donde coinciden el pueblo y la institución (llámese sólo por explicitar “jerárquica”), pero, ¿es esto verdaderamente sostenible decirlo considerando a la Iglesia como una institución que no es de ninguna manera democrática sino considerada como jerárquica desde el punto de vista funcional y dogmático, en donde, además, juega un papel importante el dogma considerado revelado, y donde, incluso, aquello revelado pasa por una serie de, llámense, filtros, con objeto de entender y clarificar su contenido? Me parece que para la realización del análisis de este tema específico de la evolución en las relaciones entre devociones populares e institución, con intención de dar una respuesta más objetiva que evite parcialización de los contenidos de los que es objeto, requiere de un proceso interdisciplinario en el que, expertos en los procesos institucionales de devociones populares, así como aquellos que refieren a la parte de la revelación como una cuestión necesaria a tomar en cuenta en estos procesos, participen, junto con los sociólogos para dar cuenta referente a este fenómeno. Tal vez, y para no parcializar el tema, me atrevería a proponer que un no-creyente participara de la discusión con objeto de entender su perspectiva que pueda tener referente al tema.
Sin embargo, la descripción que se hace del proceso de institucionalización desde el punto de vista de la sociología me parece con una visión que participa del pensamiento de los actores religiosos del pueblo, lo que permite a la Iglesia como institución tomar partido de ese fenómeno que se da al margen de lo permitido o sagrado. Lo que, tal vez a la larga, desde el punto de vista institucional, puede hacer reflexionar para tomar una postura más a la altura de las necesidades de la gente a la que predica, lo que puede llevar a una postura de más acercamiento de la creencia a la gente, de lo divino a lo humano, con lo que este mundo puede ganar volviéndose más humano si verdaderamente se lucha a favor de los hombres.

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