jueves, 3 de febrero de 2011

COMENTARIO DE WEBER cap. III

PROTESTANTISMO Y CAPITALISMO
En este siguiente punto, Weber nos habla ya de una separación más palpable entre iglesia y estado, considero muy enriquecedor este aporte que nos propone el autor ya mencionado, y es que muchas veces yo pienso que se ha llegado a perder ese hilo conductor de ambas instituciones y se han interferido una con otra y en esta interferencia se han suscitado un sin fin de complicaciones y problemáticas para que los individuos puedan realizar una humanización colectiva.
Por un momento, creí que adentrarme en el estudio de la sociología de la religión me haría perder la “fe” y creo que eso es lo que esta sucediendo, pero considero, con base en este tema de Weber que debemos estar atentos al clamor o el ruido que la religión hace para con la sociedad. Puesto que estoy en potencia de ser un líder de la iglesia y pues debo de ir configurando mi pensamiento y mi forma de pensar no solo en el ámbito místico, sino que debo enriquecerme con un análisis de la realidad social entre iglesia y estado.
Añado a lo antes mencionado, que cada uno de nosotros debemos contar con una capacidad especial para poder hacer uso de una legitimación, es decir que debemos contar con un criterio legitimado que implica un criterio de selección, quiero decir que cada uno esta en el libre albedrío de la elección que mejor nos convenza para nuestra realización personal y humana, porque me es interesante ver como, tanto dentro de la iglesia, independientemente de la religión que se profese en ésta, así como en el estado comúnmente a existido un sentido de sometimiento donde se promete y proponen un sin fin de mejoras en la realización humana y por lo regular nunca se cumplen.
Retomando lo del párrafo anterior, quiero decir que en la iglesia (mejor dicho en algunas), reitero, dejando de lado la religión que profesen, muchas ocasiones ofrecen un cambio de vida, un mejor encuentro con Dios, un reino, pero mi cuestión es, cuándo tendrá auge esta propuesta si hoy en día lo único que podemos palpar es la institucionalización de las iglesias y donde todo cuesta hasta por recibir un sacramento, participar de una sanación, visitar y tocar puertas, etc. Se llega a cobrar una alta cantidad de dinero y bien hagamos conciencia, que existen personas pobres sin un buen status económicos, y estos ¿Dónde quedan?
Qué está pasando, será acaso que la urbanización y la individuación nos están consumiendo poco a poco, ciertamente interesan los bienes de salvación, pero consideremos que estamos dejando de lado el sentido mentado de la acción, puesto que nos gustan las comodidades.
Y bien, pues sin mucha sin muchas palabras para hablar del estado, sólo quiero precisar que echemos un vistazo las acciones de los líderes políticos en quienes abunda la corrupción y por mencionar otro punto (importante) veamos qué pasa con nuestros partidos políticos, porque las promesas que hicieron a mis generaciones precedentes aun siguen en una latencia y el cumplimiento aún no llega. ¿Podría ser este un punto en el que coincidan la iglesia y el estado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario