sábado, 30 de abril de 2011

Reporte de Lectura 5: Émile Durkheim: Sobre la definición de los fenómenos religiosos.

A través de la lectura de este texto de Durkheim, he descubierto el alcance que la Sociología de la Religión se plantea al desarrollar sus estudios, ya que lo que busca no es en sí delimitar la religión, sino plantearse la posibilidad de descubrir el funcionamiento de ella a través de los fenómenos, llamados religiosos, que en ella se producen. Lo cual, para comprenderlo, hay dos puntos en los que quiero ahondar, ya que parecería que son claves para entender el fluir del pensamiento del autor en el manejo del tema: la diferencia entre lo sacro y lo profano, y la centralidad de la divinidad en cualquiera de las religiones.
Al considerar el primer punto, la anotación que se hace respecto a la individualidad y la colectividad al determinar lo sacro y lo profano, me parece atinado si tomamos en cuenta que ello son delimitaciones que hacemos al ponernos de acuerdo a partir de lo que creemos como fenómeno religioso y aquello que es posible no serlo. Lo cual, me parece genera distinción entre lo ético y moral y lo que no lo es, ya que entonces, parecería que lo individual se vuelve no moral, y por ello, despreciable. Sin embargo, es menester entender la anotación del autor referente al hecho de que cada individuo se apropia de la religión de diferentes maneras, dependiendo de todos los contextos que lo envuelven, lo cual refleja la pluralidad de formas en las que el hombre es capaz de hacer personal lo infinito y hacerlo realizable.
Ahora bien, respecto al hecho de considerar a la divinidad como tema central de las religiones desde un punto de vista sociológico, en un primer momento pensé que la afirmación carecía de fundamento. Sin embargo, al tomar en cuenta, como simple punto de origen, el hecho de que el hombre busca primariamente su bienestar y después todo lo demás, refleja que para él como individuo y para la sociedad en la que vive, todo lo que hace es buscando un fin particular que permita alcanzar el nivel de vida soñado, y sólo después, busca darle un lugar central a Dios. Lo que digo puede ser chispa de discusión, pero es necesario tomar en cuenta que Dios formó parte de nuestra vida no como idea primaria, con la que nacimos, sino que fue inculcada y que nosotros la adoptamos como centralidad en nuestra vida para darle sentido a todo lo que en ella hiciéramos. Y sólo hasta ese momento, puede ocupar el lugar principal de nuestras prioridades como seres humanos.
Por ello, el análisis del autor referente a las definiciones que se tienen de religión me parece prudente, pues me permitieron referir de forma más adecuada las prácticas que se tienen dentro de ella, así como las cuestiones ideológicas (como mito y dogma) que en ella se encuentran.

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